Tengo que admitirlo: al principio me era insoportable pasar más de una hora en ese lugar. Aquello no era música —estaba muy lejos de serlo—, eran simplemente intentos frustrados de alguna nota en primera escala; nota que, para mi desgracia, quedaba atorada en algún lugar. Lo que ellos llamaban prácticas y ensayos, para mí eran ruidos y dolores de cabeza.
No podía leer, ni dormirme, ni caminar por ahí, ¡ni siquiera pensar!: era una locura. Esos chelos, trombones, flautas, violines, teclados, y solo Dios sabe qué otras cosas más, hacían su mejor esfuerzo por quedarse como un eco eterno ente los pasillos, arriba, abajo, en todas partes; simplemente no se iban.
Y qué decir de todos esos niños, jóvenes y adultos que iban y venían de un lado para otro, cargando sus amados instrumentos, hablando de cosas que no entendía: escalas, solfeo, compositores, melodías. No sé. Todo aquello era una pesadilla.
Todos los miércoles tenía que acompañar a mi hermanito, era una tortura. Pasaba dos miserables horas lamentándome y preguntándome por qué tenía que ser yo quien iba y no mi mamá o mi hermana mayor.
El tercer día de la semana era para mí el menos esperado y el más desagradable. Simplemente lo odiaba y, a pesar de que siempre buscaba la excusa perfecta, terminaba sentada en una banca de aquel horrible lugar, esperando.
Luego, mi hermano acabó el curso. Yo era la más feliz por tal acontecimiento, creo que fui la persona mas emocionada por su clausura. Pero aquello no acabo ahí. Mi hermanito logró entrar a
Para mi suerte, los días que iba a ensayos, yo estaba ocupada y no lo podía acompañar. Pasé mucho tiempo sin poner un pie en aquel odioso lugar. Le agradecía a Dios por tener ocupados esos días, que en realidad eran símbolo de liberación para mí.
Andrés, mi hermano, siempre ha sido muy unido conmigo; siempre me contaba todo lo que hacía y aprendía en sus clases y ensayos, sabía que yo tendría un miércoles libre y me pidió que lo acompañara. No pude negarme; no, a esa cara angelical y a la emoción con la que me hablaba.
Ahí estaba yo, de nuevo, un miércoles atravesando la puerta azul oscuro que me llevaba de la tranquilidad a la migraña. Trombones, guitarras, violines, flautas, cornos, trompetas, ¡panderetas! Estaba empezando a arrepentirme, pero puse mi mejor cara y acompañé a mi querido hermano al segundo nivel.
Fue entonces cuando la vi. La maravillosa puerta negra que con letras blancas decía “Taller de fotografía”. Le dije a mi hermanito que se fuera y que lo alcanzaría después. Muy emocionada toqué la puerta y pedí información. El ruido empezó a disminuir, ya no era molesto. Pude apreciar la música de mi hermanito y de todo el lugar. El siguiente miércoles empezaría mis clases.
Aquí estoy ahora, un miércoles, esperando a que sean las dos para cruzar la puerta negra con letras blancas y entrar al taller donde todos hablamos el mismo idioma: luz, papel, rollos, negativos, ¡cámaras!
El ruido que antes me resultaba insoportable, ahora pasa inadvertido. Leo mientras aguardo para mi clase y, a pesar de que el eco y las notas atoradas siguen ahí, ya no me molestan.
Ahora espero con ansias cada miércoles, para llegar al CENAR, para entrar al lugar donde cada tercer día de la semana, aprendo a escribir con luz.
8 comentarios:
A mi antes los conciertos de la sinfonica, y la música clásica en general, me daban sueño jaja. Ahora me gustan=). Anai diocuarde! si ¿vos estabas en el coro verdad? me suena que sixD jajaja. Me llega como escribis=)
P.D.: mira mi blog le puse empiñadaxD jaja quiero hacer un video en el que grite empiñadeiiiisss y ponerlo en el blog jajaja=P
Me gusto tu blog y a mi los conciertos de música clásica casi no me gustan. Pero si los paso xq tengo una amiga q tok en la sinfónica y ya me acostumbre.
Hey, Anaí, yo estudié en el CENAR -en mi preadolescencia- un curso corto de escultura. No aprendí a esculpir, pero aprendía a dibujar... aunque no me enseñaron nada de dibujo. Pero sí, a fijarme en las proporciones del cuerpo y esas cosas. Linda tu historia.
Saludos.
Me alegra que ya te hayas acostumbrado. Y te quedó bien chivo lo del tema: escribir con luz. Te felicito mucho, mucho por tu creatividad.
hola me gusto tu blog espero q no descuides. y ponele mas textos para podertelo comentar salu. aqui te dejo mi blog para q lo comentes http://tratandodepasarredaccion.blogspot.com/
Hola Anahí me gusto mucho tu texto.A mí me gustan los conciertos de música clásica y todo lo que has escrito me pareció interesante.Tu blog está super bien.
Para mí las dos cosas son igual de interesantes: La música clásica y la Fotografía. Me gusta mucho que tengás interés por eso último... :)
A veces la música clásica requiere de costumbre y más información para algunas personas. !Seguí adelante!
Rebeca.
Muy buen texto, Anaí, y tu blog está entre los mejores. Gracias por el esfuerzo.
Ánimo y adelante. Hay que seguir.
Manuel
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